Parte III
[...]
Cuando Zoly y Obly llegaron al edificio de la compañía, la única luz encendida en todo el edificio era la del despacho del director en la décima planta. Pasaban seis minutos de las once en punto de la noche. El detective y su compañero subieron las diez plantas en el ascensor y se presentaron en la oficina. El director hablaba por videoconferencia con, al menos, tres personas. El tema era los dichosos archivos. Durante diez minutos Obly y Zoly esperaron en el umbral de la puerta. Cuando el director terminó, les dio paso y ellos se sentaron.
- El hombre que han identificado es Mysor Rows, encargado del archivo. Fue el sustituto de Rem Member cuando esta dejó de trabajar para nosotros. Parecía un hombre reservado... no se como pudo hacerme esto. - Dijo el director.
- Señor, con el debido respeto, aun no sabemos si él tiene que ver con los archivos robados.
- Ahora si. Los informáticos han desencriptado los datos del sistema de acceso a la sala de archivos. Sólo tres personas entraron en el espacio de tiempo en el que tuvo que producirse el robo. Mysor, el presidente y yo mismo. Además, Mysor no ha venido hoy a trabajar, y ni siquiera ha llamado para decir que está indispuesto, algo innatural en él. En todo este tiempo siempre que se ha ausentado lo ha comunicado.
Parece que teníamos un sospechoso y el dinero como móvil. Pero Obly seguía dándole vueltas a Rem. No sabía que pintaba ella en todo esto.
- ¿Cree que Rem tiene algo que ver en esto? - Preguntó Obly.
- No lo se, Obly. Es raro que haya firmado la carta. Quizá fue utilizada por Mysor... no lo se. - Respondió el director.
- Bueno, pues entonces, si todo está resuelto, creo que volveré a mi casa. - Dijo Obly y se levantó de su asiento, pero el director le paró.
- Espere Obly. Todavía hay un problema. Aun tiene que hacer un pequeño trabajo para mi.
La casa de Mysor... o mansión, según se mire, estaba en las afueras de la ciudad. Cuando llegaron, Obly todavía no sabía como había accedido a hacer aquello. Zoly le acompañaba, aun sabiendo de la serie de delitos que quebrantarían en menos de una hora. El director quería recuperar los archivos antes de que la policía llegara a su casa para evitar cualquier filtración de esos documentos. La policía debería estar, en ese mismo momento, deteniendo a Mysor en casa de Melinda, con lo que cuando Obly y Zoly encontraran los documentos en su casa, debían llamar a la policía. Aun así Obly no lo veía claro. Los documentos eran la prueba principal para enculpar a Mysor y Melinda, y si él, los encontraba sin una orden, cualquier abogado podría derrumbar cualquier acusación que se hiciese a la feliz pareja. Pero parece que para BRN importaba más tener a buen recaudo esos documentos que meter entre rejas a esos dos.
Obly ordenó a Zoly quedarse en el coche, y que le avisara por el móvil si algo ocurría. Obly saltó la verja de la casa de Mysor, y con su juego de ganzúas abrió la puerta del garaje y entró en la casa.
La decoración interior de la casa de Mysor dejó a Obly algo defraudado. Habría esperado una decoración ostentosa, quizá con muebles de madera maciza, con un cierto aire rústico, pero a la vez con la elegancia con la que la madera viste un hogar. Pero se encontró con una decoración futurista, fuera de lugar, y, a juicio de Obly, demasiado barata para el salario que Mysor debía recibir. Dejó de pensar en la decoración, y se puso a buscar los documentos. Buscó en el salón, en la cocina, en la despensa y en todas y cada una de las habitaciones de la casa. La única que le faltaba era el dormitorio. Pero después de buscar en el armario, en la mesita de noche y en la cómoda, Obly empezó a desesperarse un poco. Empezó a razonar y a pensar donde guardaría el unos archivos de ese calibre. Su mente, graciosa como siempre le contestó: "Tu lo meterías debajo de la cama, como todo". Y llevaba razón. Obly tenía la odiosa costumbre, según muchas de sus ex-novias de meter todo debajo de la cama: cajas con recuerdos, archivadores, el calzado, la ropa sucia,... en ese aspecto debía reconocer que era un verdadero desastre.
Obly hizo caso a su mente y se inclinó para mirar debajo de su cama, con pocas esperanzas, pero allí debajo, había una carpeta de archivo definitivo. Obly se agachó, la sacó de debajo de la cama, y se puso a mirar lo que contenía. Eran los archivos que buscaba, todos y cada uno de ellos. Estaba tan absorto que no oyó como alguien se acercaba por su espalada y le apuntaba con un arma.
- Deje eso en el suelo señor Vion.
Obly dejó los documentos y se dio la vuelta lentamente. Mysor le apuntaba con un arma. Debía haber dejado a Melinda en casa y haber vuelto antes de que la policía llegara al piso. "¡Maldito Zoly! ¿Por qué no me habrá llamado?" Pensó Obly.
- No se que hace aquí, pero creo que acaba de cometer un gran error. - Dijo Mysor.
- ¿No me diga? Y puedo saber por qué.
- Porque no sólo no va a conseguir esos documentos, sino que además saldrá de mi casa con los pies por delante.
- ¿Robo y asesinato? Van a ser muchos cargos para usted señor Rows.
- ¿Asesinato? No. No se confunda. Yo entré a mi casa, vi a un asaltante que intentaba utilizar su arma, y lo abatí en defensa propia. Usted no tiene ninguna orden para estar aquí, está infringiendo la ley.
- Irá a la cárcel de todas formas.
- ¿Por qué? ¿Por robo? La BRN tiene demasiadas cosas que ocultar para dejar que esos documentos puedan ser presentados como prueba en un juicio. Entérese señor Vion, no voy a ir a la cárcel. Y si voy, su querida BRN se encargará de que tenga un trato justo... por la cuenta que le tiene. Viviré incluso mejor que Rem Member.
- ¿De qué habla?
- No se haga el tonto detective. ¿Creé que la señorita Member estaba siempre en tercer grado por su cara bonita? ¿O que le concedieron el arresto domiciliario por arte de magia? Rem sabía lo que había en esos documentos después de robarlos hace dos años... digamos que llegó a un acuerdo con la compañía para que nadie saliese perjudicado. Ella viviría de lujo, con todo pagado por la compañía a cambio de fingir que estaba bajo arresto.
A Obly se le empezaron a disipar las brumas. Ahora lo veía todo claro. Cuando Rem robó esos documento de HRT para llevárselos a BRN, los leyó y tiempo después quiso chantajear a la compañía BRN. Ésta la detuvo por robo, pero en realidad sólo había llegado a un acuerdo con Rem para que ella no dijese nada, camuflándolo todo.
- Pero usted es el único que sabe todo esto, y por supuesto, no puedo dejarlo con vida.
- ¿Y me va a matar así? ¿A quemarropa y a sangre fría?
- Me hubiera gustado un duelo bajo el sol en la calle principal de un pueblo del lejano oeste... pero me tendré que conformar con lo que tengo.
Mysor Rows apuntó a la cabeza de Obly y se dispuso a disparar. Obly cerró los ojos esperando el fatídico momento. Los segundos que Mysor se tomo para recrearse le parecieron eternos. Obly esperaba el sonido del disparo, esperaba sentir como la bala perforaba su cráneo y le iba arrebatando la vida poco a poco. Pero a cambio de eso, sólo pudo pudo escuchar el sonido sordo de un jarrón chino de más de mil euros estrellándose sobre la cabeza de Mysor. Cuando abrió los ojos, Zoly contemplaba el cuerpo inconsciente de Mysor en el suelo, mientras Obly respiraba aliviado.
- ¿Lo he matado? - Preguntó Zoly con cierta cara de preocupación.
- Has estado muy oportuno, pero no te sobrestimes... no tienes tanta fuerza. - Dijo Obly, que empezaba a sonreír aliviado. Se acercó a Zoly y le dió un fuerte abrazo. - ¿Por qué no me avisaste de que Mysor había llegado a casa?
- Lo hice. Pero seguramente tendrá el móvil en silencio... ¡como siempre!
Obly sacó el móvil de su bolsillo y comprobó que Zoly tenía razón. Se prometió a si mismo no volver a poner su móvil en silencio nunca.
- Cuando después de un rato vi que no salía - continuó hablando Zoly - me decidí a entrar. Al llegar al salón empecé a oírle a usted hablando con Mysor, así que agarré el primer objeto contundente que encontré y vine hacía aquí.
Obly le acarició el pelo de manera afectuosa. Cogió su móvil y llamó a la policía para que viniesen a por Mysor.
Obly y Zoly acompañaron a los agentes desde casa de Mysor a la comisaría. Allí presenciaron los interrogatorios, tanto el de Melinda como el de Mysor. Los dos declararon que no sabían lo que eran aquellos documentos, que nunca los habían visto y que no sabían porque estaban allí. Obly había recibido órdenes de no entregar los documentos a la policía, y los guardaba en el asiento trasero de su Lotus. La policía siguió presionando a Mysor, para que dijera por qué los documentos se encontraban en su casa.
- ¡No lo se! Quizá Rem Member los puso allí para implicarnos. O ese detective. Le juro que yo no había visto esos documentos en mi vida. - Respondía siempre Mysor.
El director apareció en la comisaría. Obly sabía lo que pasaría. El director hablaría con Mysor en privado. Acordaría una cifra. La compañía retiraría los cargos y Mysor sería puesto en libertad. Una semana después se acusaría a Mysor de cualquier otra tontería y puesto bajo arresto domiciliario o en prisión con tercer grado. Y así ocurrió. Después se dirigió a Obly.
- ¿Dónde están los documentos? - Le preguntó a Obly.
- En el maletero de mi Lotus... Zoly se los dará.
Zoly cogió las llaves del Lotus y se fue con el director. Antes de que saliesen por la puerta, Obly preguntó al director:
- ¿Y qué pasa con Rem Member? ¿Debo seguir buscándola?
- Haga lo que quiera. Su trabajo ha terminado. Lo que haga en su tiempo libre no es de mi incumbencia.
Obly se mordió la lengua, se quedó unos minutos pensativo mientras miraba como Zoly y el director desaparecía por la puerta, y después se fue como un rayo hacia la sala de interrogatorio.
Cuando entró, Mysor se quedó extrañado.
- No le esperaba a usted aquí, señor Vion.
- ¿Dónde está Rem? - Preguntó molesto Obly.
- Se le ha olvidado decir por favor.
Obly le soltó un puñetazo a Mysor que casi lo hace caer de la silla. Éste tenía las manos esposadas por detrás de la espalda, así que no pudo contestarle, aunque se quedó con las ganas.
- Quizá no vayas a la cárcel. Quizá ni siquiera te juzguen. Pero como no me digas donde escondes a Rem, te juro que cuando salgas de aquí será para ir a un hospital.
- ¿Crees que he secuestrado a Rem?
- Si no es así, ¿dónde está?
- Quizá debería preguntarle a su director.
Obly volvió a quedarse con la cara a cuadros. Parecía que aquel tipo conocía los secretos de la compañía mucho mejor que él.
- ¿Qué me quiere decir? - Preguntó Obly.
- En este mundo nada pasa por casualidad querido inspector. ¿Se creyó la historia del abogado Right? ¿De su ánimo por defender a la pobre Rem? ¿De la noche de furcias en la sala de striptease donde conoció a Melinda? ¿De como Melinda pasó de ser una don nadie a secretaria en un bufete? ¿De cómo casualmente Melinda y Rem se conocieron? Ingenuo. Todo ha estado planeado desde siempre. Ha sido tan real que incluso la misma Rem se lo ha creído. Yo sólo me enteré de la situación e intenté sacar tajada.
- ¿Dónde está? - Esta vez Obly le gritó a la cara a Mysor, y armó su puño para darle otro derechazo.
- Melinda le comió la cabeza. Le hizo sentirse desgraciada. Le hizo pensar que su vida no valía para nada. Seguramente ahora mismo se esté cortando las venas en la bañera de algún motel de carretera.
Obly descargó su puño con toda su fuerza, e impacto con tal violencia en la cara de Mysor, que le partió el labio y le hizo caer al suelo. Salió de la habitación y se dirigió a la habitación de Melinda. Cuando entró, ésta también se sorprendió de su presencia.
- Su amigo Mysor está ahora mismo en el suelo, con un labio partido, escupiendo sangre y rezando para que no vuelva allí. Así que, o me dices donde está Rem, o vas a verte en su misma situación. - Dijo Obly con una cara de odio que ni él mismo reconocería.
Melinda se asustó. Obly vio en sus ojos que no sabía donde estaba Rem, pero aun así intentó ayudar.
- No lo se. Le juro que no lo se. Conseguí que se sintiera desgraciada, que quisiera suicidarse, pero no me dijo donde iba a ir... ¡No me dijo nada! Una vez, sólo me comentó que moriría sola, apartada del mundo, pero tan cerca de él que aun respiraría el humo de la ciudad cuando diese su último aliento.
Obly se quedó pensativo. Recuerdos vinieron a su mente. Sabía donde estaba. Se levantó y salió de la habitación. Melinda lo detuvo con sus palabras.
- Debe estar muy loco para ir a buscar a esa mujer. Muy loco o muy enamorado... que al fin de al cabo, es lo mismo.
Obly salió de la habitación. Zoly llegaba por el ascensor. Obly cogió sus llaves, y sin decir dónde iba, pese a los intentos de Zoly por averiguarlo, cogió el ascensor y bajó. El viejo Lotus arrancó a la primera y salió a toda velocidad por las calles de la ciudad mientras el sol empezaba a asomar por el horizonte.
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