18 de enero de 2011

Imagine

- A veces me salgo de la realidad... Imagino cosas... usted ya sabe. Normalmente todo empieza en un día soleado. Me encuentro paseando a mi perro, cuando de repente recibo una llamada telefónica... Me preguntan si me importaría irme a cualquier sitio, cada vez a uno distinto, a trabajar en el trabajo de mi vida. Sin presiones, sin entrevistas... trabajo fijo, cobrando muy bien y todo muy bonito. Yo acepto claro. De la ilusión, vuelvo a casa, a contárselo a mis padres. A mi madre le entristece la idea de que me marche tan lejos, pero el hecho de que pueda tener un buen trabajo le alegra lo suficiente.
"Luego quedo con mis amigos... ¿le he dicho que siempre me imagino que es un viernes? Pues eso, es viernes, y salimos a tomar algo. Yo invito claro. De repente, esa chica en la que siempre me había fijado y a la que nunca me había atrevido a hablar, viene hacia mi y empieza a hablar conmigo. Y de casualidad, resulta que ella también se va a trabajar al mismo sitio. Quedamos en varias ocasiones para tomar café, cenar, ir al teatro... para irnos conociendo, ya que hemos decidido compartir piso. Al final, es ella la que se declara y empezamos nuestro romance en una nueva ciudad, donde todo nos va de maravilla... y entonces es cuando me doy cuenta de que todo es una ilusión. ¿Es grave doctor?"
- No creo... aunque podría ser un principio de esquizofrenia.
- ¿Esquizofrenia?
- Si, al fin y al cabo, la esquizofrenia es la enfermedad de los que imaginan demasiado... Lo que tiene que hacer es evitar hacerse esas ilusiones y centrarse en su vida real.
- Pero no puedo doctor.
- ¿Qué no puede? ¿Por qué?
- Porque sin esas ilusiones, mi vida real carecería de sentido.

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