- A veces me salgo de la realidad... Imagino cosas... usted ya sabe. Normalmente todo empieza en un día soleado. Me encuentro paseando a mi perro, cuando de repente recibo una llamada telefónica... Me preguntan si me importaría irme a cualquier sitio, cada vez a uno distinto, a trabajar en el trabajo de mi vida. Sin presiones, sin entrevistas... trabajo fijo, cobrando muy bien y todo muy bonito. Yo acepto claro. De la ilusión, vuelvo a casa, a contárselo a mis padres. A mi madre le entristece la idea de que me marche tan lejos, pero el hecho de que pueda tener un buen trabajo le alegra lo suficiente.

- No creo... aunque podría ser un principio de esquizofrenia.
- ¿Esquizofrenia?
- Si, al fin y al cabo, la esquizofrenia es la enfermedad de los que imaginan demasiado... Lo que tiene que hacer es evitar hacerse esas ilusiones y centrarse en su vida real.
- Pero no puedo doctor.
- ¿Qué no puede? ¿Por qué?
- Porque sin esas ilusiones, mi vida real carecería de sentido.
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